¡Hola! Soy Lydia
Te ayudo a hacer realidad la página web que tienes en mente, con todos los elementos necesarios para tener más visibilidad, atraer más clientes y vender más. Sin dolores de cabeza ni complicaciones ni estrés.
También me gustan los gatos. Esto no tiene nada que ver con mi trabajo, pero me apetecía contártelo.
Si quieres saber por qué salgo en la foto con un gato de peluche (a riesgo de que pienses que estoy desquiciada perdida), lee hasta el final de esta página.
¿Inconsciente, loca o valiente?
Me llamo Lydia y soy diseñadora web freelance.
Emprendedora, como tú.
Una inconsciente, dirán algunos. ¡Loca, más que loca!
Una valiente, dirán otros. Esto de emprender no es fácil, requiere de mucho trabajo, esfuerzo y ganas.
Qué te voy a contar a ti, ¿verdad?
Reinventarse a los 40
Esto parece el título de un libro de autoayuda, lo sé.
Próximamente en los mejores cines.
Te cuento. No siempre he sido diseñadora web.
En realidad, soy Licenciada en Ciencias de la Información.
Mis primeros trabajos fueron como redactora en revistas y periódicos.
Trabajando como redactora, el diseño se cruzó en mi vida.
Comencé a ocuparme también de tareas de diseño gráfico, diseño editorial y diseño web.
No se me daba mal y me gustaba.
El resto de mi trayectoria profesional fue por ese camino.
Con 41 años decidí especializarme en diseño web y montarme por mi cuenta
Por qué decidí emprender
A ver.
Podría tirarme el pisto aquí mismo, decirte que un día decidí romper con todo, dejar mi trabajo estable y lanzarme a la aventura.
Como todos esos que salen en “Españoles por el Mundo” contando que dejaron su trabajo en un banco y ahora son instructores de buceo en las Maldivas.
No es mi caso.
Tenía un trabajo con un horario infernal y un sueldo regulero.
A veces me planteaba mandarlo todo al carajo, es verdad.
Pero no lo hacía.
Estaba la mar de a gustito en mi estupenda zona de confort.
Hasta que, un bonito día, un monstruo llamado ERE vino a verme.
La empresa en la que trabajaba despidió a más de la mitad de la plantilla y yo fui una de las agraciadas.
Sí, digo agraciadas, porque para mí fue algo bueno.
Fue el puñetazo en la cara que necesitaba.
Era el momento de arriesgar. Ahora o nunca. Me lancé. ¡Loca, más que loca! (sí, otra vez esa voz)
Por qué diseño web para emprendedoras
Porque yo también soy emprendedora, sé lo que es y lo que significa.
Esa ilusión y esas ganas de sacar adelante tu propio negocio cada día. Y de tener tu propia página web.
Tuya, de nadie más.
Una página web que refleje tu personalidad y la de tu negocio.
Que genere confianza y te ayude a conseguir más clientes.
Que esté diseñada de forma estratégica, que esté siempre actualizada, que se vea bien en todos los dispositivos, que cargue rápido, que esté optimizada para que la encuentren en Google, que esté protegida para que no llegue el malo de turno y se la cargue, que cumpla con la ley de protección de datos, que…
¡BUM!
Que no te explote la cabeza
Tranquila, tú también puedes tener todo eso y más sin complicaciones ni quebraderos de cabeza.
Mi misión: tu éxito
Porque está claro: tu éxito es también mi éxito. Por eso mi objetivo es crear para ti una página web todoterreno con cinco propósitos fundamentales:
Transmitir tu esencia y la de tu negocio con un diseño único, original y con personalidad propia, que te represente al 100%.
Causar una inmejorable primera impresión en tus visitantes con un diseño limpio, que cargue rápido y esté optimizado para Google y resto de buscadores.
Proporcionarte una nueva fuente de ingresos a través de internet, una herramienta flexible y abierta a añadir todas las funcionalidades que necesites en cada momento.
Ahorrarte dolores de cabeza. Me ocupo de todas las cuestiones técnicas, tú te despreocupas. Olvídate de hostings, plugins, códigos HTML, estilos CSS… De todo eso ya me encargo yo. Estrés cero.
Ayudarte a descubrir cómo sacarle el máximo potencial a tu página web y cómo gestionarla tú misma para que no tengas que depender de nadie.
Clientas felices
Clientas felices
Lo que más me ha gustado es su implicación personal y profesional en todo momento.
Me ha encantado la facilidad y agilidad de trabajar con ella desde el minuto cero y cómo se ha adaptado a lo que yo necesitaba.
La recomiendo porque trabaja muy rápido y de manera eficaz y productiva.
Me decidí por Lydia porque trabaja con emprendedoras y consideré que podía entenderme perfectamente.
He conseguido una página web adaptada a mí y con la que me siento a gusto al 100%.
A nivel personal siento esa web como mi hogar dentro del mundo de internet. Es emocionante, la verdad.
La comunicación entre ambas fluyó muy naturalmente. Lo que más me ha gustado es su profesionalidad. Desde el primer día que me puse en contacto con ella, siempre respondió a tiempo y con ganas de ayudar.
La recomiendo porque supo entender lo que quería plasmar, por aportar buenas ideas y porque la comunicación fue siempre clara y fluida.
He conseguido la página web de mis sueños, justo lo que quería o incluso mejor. Su trabajo me ha aportado prospectos, comodidad y tiempo.
Me ha gustado todo, no cambiaría nada.
La recomiendo al 100%, por su profesionalidad, paciencia, conocimientos y por cómo entiende la necesidad del cliente a la hora de plasmarlo en el diseño.
Estamos encantados con el resultado y está teniendo muy buena respuesta por parte de los clientes.
¿Todavía por aquí?
Pues aquí van 10 cotilleos
- Nací en Madrid en octubre del 76. Crecí con Espinete, Parchís y Los Goonies. Los que fuimos niños en los 80 somos de naturaleza nostálgica y un poco friki, qué le vamos a hacer.
- De pequeña me gustaba dibujar, escribir cuentos y disfrazarme. También tocaba el teclado de oído. Monté un grupo llamado Manhattan formado por yo a las voces, yo a los teclados, yo a la guitarra y yo a la batería. Todavía tengo una cinta de cassette con todos los temazos que grabé. Mi mayor hit fue “No tires la toalla”. Ahí ya se veía la vena emprendedora.
- En 2003 dejé un trabajo que no me aportaba nada y me fui a Inglaterra a buscarme la vida. Acabé trabajando en la feria de un centro de vacaciones situado en un pueblecito del sureste muy cuqui llamado Skegness. Sí, he sido feriante. Una de las épocas más felices de mi vida.
- Con 26 años me fui a hacer el Interrail por Francia, Italia y Turquía con una de las chicas que conocí en Inglaterra y su mejor amiga. Iban a tutiplén y no pude seguirlas el ritmo. A mitad de camino me quedé sin dinero y me tuve que volver sola a Madrid con los 50 euros que me dejaron. Eso sí que fue una aventura. Algún día escribiré un libro con todo lo que me pasó en ese viaje. Una odisea, con perro fantasma incluido.
- Hablando de fantasmas, me chiflan las películas de terror, sobre todo las de casas encantadas, pasillos oscuros, puertas que se cierran solas y esas cosas. Si después de ver una película de estas no me da pánico volver sola a mi habitación de noche, es que no me ha gustado.
- No puedo trabajar sin música, la necesito para concentrarme. Aunque me tira mucho el indie pop y rock, escucho de todo. En mi reproductor puede sonar desde Vetusta Morla hasta Lady Gaga, pasando por el Dúo Dinámico. Eso sí, la de Resistiré no la tengo, esa ya no hay quien la aguante.
- Tuve una época grunge que me salió rana. Me hice dos piercings en la nariz y los dos se me infectaron. Me teñí el pelo de verde y el tinte me dio alergia. Así no se puede ser moderna, oye.
- Soy miope desde los 8 años. En 2007 tuve un desprendimiento de retina que se complicó y me operaron cuatro veces. Ahora veo regulero por el ojo izquierdo, pero el cuerpo humano es inteligente y se adapta a todo. Aquí estoy diseñando páginas web.
- Ya lo decía al principio, soy una friki de los gatos. LOS AMO. He tenido cinco hasta ahora y los he querido a todos como si fueran mis retoños. Ahora vivo con dos: Eric y Pucho. Me hubiera gustado que salieran conmigo en la foto, pero pasaron de mí y me dijeron que me buscara a otro, así que tuve que recurrir a un gato de peluche. Es muy triste, lo sé.
- Estos sí son Eric y Pucho.
